Querida Carmen, con el optimismo y las ganas que tenías de vivir, todavía no me puedo creer que te hayamos perdido tan pronto. Fue el pasado 10 de enero cuando nos sorprendió la fatal noticia de tu pérdida que aún no hemos asimilado.
Parece que fue ayer cuando en 1979 te licenciaste en Ciencias Biológicas en la Universidad Complutense y ya, en ese mismo año, comenzaste a trabajar en el Centro de Ciencias Medioambientales, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Desde tus inicios, tu camino profesional estuvo marcado en el ámbito de la evaluación mutagénica en la que fuiste brillante. Mediante los ensayos con sistemas bacterianos, participaste en el Programa de Investigación del CSIC en el Síndrome Tóxico y presentaste tu tesis doctoral en la Universidad Complutense obteniendo la máxima calificación de Sobresaliente cum laude, de la que tuve el privilegio de ser codirector.
Continuaste tus investigaciones sobre evaluación mutagénica en cultivos celulares disfrutando de una beca postdoctoral del Fondo de Investigación Sanitario (FISS). Durante esos años también fuiste cofundadora de la Sociedad Española de Mutagénesis Ambiental, siendo vocal de su Junta Directiva y también Editora de la Revista de Toxicología de la Asociación Española de Toxicología.
En el año 1990 obtuviste la plaza de Facultativo Especialista en el Centro Nacional de Sanidad Ambiental del Instituto de Salud Carlos III y en el 2004 fuiste nombrada Jefe de Servicio en la Subdirección General de Sanidad Ambiental y Salud Laboral del Ministerio de Sanidad, donde ejerciste como toxicóloga de productos fitosanitarios. Nunca dejaste de afrontar nuevos retos y de abordar todos los temas emergentes con un resultado excelente hasta tu reciente jubilación el pasado mes de mayo.
Tus compañeros y amigos siempre te recordaremos no solo por tu profesionalidad, espíritu de superación, perfeccionismo y gran capacidad de trabajo, sino también por tu personalidad única, gran generosidad, humanidad y empatía con todos los que te rodearon. Aunque si algo te caracterizó por encima de todo fue tu pasión por la vida: viviste cada momento como si fuese el ultimo y a cada uno de nosotros nos hiciste sentir la persona más importante en cada parte de tu camino.
Adiós amiga, ha sido una suerte y un regalo el haber compartido contigo tu amistad y el trabajo y te doy las gracias por ello.
Eduardo de la Peña de Torres
Madrid a 17 de enero de 2023